Disfrutan de sus cuerpos con un buen sexo vaginal

Estas dos amigas se conocieron hace muchos años en su país natal, al tiempo dejaron de verse y se reencontraron en una fiesta de su antiguo colegio. Estaban tan cambiadas que si no fuese porque dicen sus nombres ninguna reconoce a la otra. Esa noche se fueron juntas al hotel a recordar todo lo que había pasado en su niñez y en su adolescencia. Intercambian experiencias entre ellas y otros hombres y en esas empezaron a sentirse cachondas ellas dos.

Como no habían hombres empezaron ellas solas

Juntas y ya cachondas, no tenían a un hombre cerca para que las cogiera a las dos, así que ellas mismas empezaron la fiesta con lo que más les gusta, que les mamen el coño. Se pusieron en posición para que una le chupe el coño a la otra, y al revez. Ellas estaban en la gloria en ese momento, estaban bien mojadas y no necesitaban a un hombre para hacerlas sentir bien rico.

Vinieron muchos más encuentros

Como las dos regresaron a vivir al pueblo donde nacieron, buscaron una casa juntas, las personas pensaban que ellas dos eran muy buenas amigas pero la verdad eran dos amantes del sexo lésbico que solo querían estar juntas siempre mientras se cogen entre ellas mismas. Ya no tienen necesidad de estar con hombres, con ellas dos basta.